jueves, 16 de septiembre de 2010

LAST CALL, MY DEAR WATSON

Después de varios cambios de horario/día /lugar, el workshop de Sherlock Holmes (Conan Doyle) se pone finalmente en marcha. Dará comienzo el martes 22 de septiembre  (19.30-21.00hs) y se impartirá en Lavapiés.

Por cierto, Sir Arthur Conan Doyle también escribía poesía. Podéis escuchar/ver vídeo de su Sexagenarius Loquitur en  www.literaturefacetoface.blogspot.com

lunes, 6 de septiembre de 2010

PLEGARIA PARA LA VEJEZ

MY PRAYER FOR OLD AGE es un post de  XUP, una blogger canadiense que me encanta y que muy amablemente me ha autorizado a publicarlo en español.

PLEGARIA PARA LA VEJEZ

1. Que conserve mis facultades y la salud para poder disfrutar de una vejez plena.

2. Que me esfuerce por mantenerme en forma para no tener que pasar la mayor parte de mis años dorados en la sala de espera/quirófano de un médico.

3. Que nunca me enamore tanto de mis medicamentos y achaques variados como para no hacer nada que contribuya a disminuir mi dependencia de ellos y en su lugar, me pase la mayor parte del día ennumerándoselos a cualquiera que tenga la paciencia de sentarse a escucharme.

4. Que nunca llegue al punto de creer que lo sé todo y me resista a aprender algo nuevo.

5. Que nunca dé por sentado que todo lo nuevo es malo y todo lo antiguo es mucho, mucho mejor.

6. Que siga  siempre estando al día en acontecimientos de la actualidad,  tecnología, tendencias e ideas para tener algo de qué hablar con los demás que no guarde relación alguna  con los viejos tiempos y para saber cómo usar mi tarjeta de débito antes de encontrarme en la caja del súper con una cola de 12 personas detrás.

7. Que mantenga el propósito de pasar un rato con gente más joven, mucho más joven, mucho, mucho más joven y sepa escuchar lo que tienen que decir

8. Que lea otra cosa además de los periódicos y los mismos cinco libros de los que he disfrutado toda la vida y que de vez en cuando vea una película o un programa de TV que difiera de las películas o programas de TV que veo habitualmente.

9. Que mantenga abierta la mente y la aceptación de las cosas aunque de entrada me escandalicen.

10. Que siga probando cosas nuevas aunque al principio me parezcan raras.

11. Que siga poniéndome retos todos los días aunque en el fondo prefiera quedarme sentada en el sofá viendo la tele.

12. Que nunca, jamás, JAMÁS,   lo "cómodo" sea el único criterio que use a la hora de  elegir mi ropa.

13.Que nunca me corte el pelo "como un hombre" sólo porque resulta más fácil de peinar.

14. Que nunca de por sentado que sólo por ser mayor, tengo derecho al respeto, deferencia, atención y descuentos  en todo. En lugar de ello, que haga todo lo que pueda para ganarme ese respeto, deferencia y atención de los demás al tiempo que aprovecho todos los descuentos que me ofrecen.

15. Que permita ser adultos a mis hijos adultos y a mis nietos y que no los cuestione y juzgue constantemente ni les suelte  opiniones no solicitadas sobre todas sus actividades y las  elecciones que hacen en su vida.

16. Que le permita a mis hijos recordar cosas que yo, por algún motivo, no recuerdo de la misma forma.

17. Que recuerde mostrar mi sentido del humor, incluso por encima de mi irritación  innata,   intentando establecer la distinción entre ser ocurrente o estar simplemente repitiendo las mismas y manidas tonterías que hacían reír a la gente hace 30 años.

18. Que no debo apartar a mis amigos y a otra gente de mi vida porque no hacen las cosas como yo creo que deben hacerlas.

19. Que pida ayuda a mi familia o amigos si la necesito y no dé por sentado  que tendrían que saber automáticamente cuando lo paso mal criticándolos después porque no están ahí cuando los necesito.

20. Que dedique un rato cada mes a mirarme en el espejo mientras como para asegurarme de que sigo capaz de hacerlo sin darle asco a todo el mundo.

21. Que siga esforzándome en tener un aspecto cuidado, aseado y atractivo y sacar el máximo partido a lo que la naturaleza y el tiempo me ha otorgado.

22. Que contribuya a que quererme sea fácil para mi familia y que deseen pasar un rato conmigo en lugar de sentir que tienen que hacerlo porque se sienten culpables.

23. Que me traslade a una residencia de ancianos o me organice en ese sentido mucho antes de que mi familia se empiece a preocupar por mí y tenga que vigilarme  a diario.

24. Que siga riéndome a menudo y disfrutando de la vida.

25. Que abra las ventanas todos los días para que entre el aire fresco y salga el olor a viejo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

HISTORIAS DE LAVAPIÉS

EL HOMBRE QUE NUNCA ESTUVO ALLÍ (espero que no se enfade J.Coen por utilizar el nombre de su película como título)

En Lavapiés hay un personaje que no conozco físicamente, ni sé exactamente en qué calle o edificio vive, pero  cuyo nombre tengo clarísimo: se llama Carlos y es sin duda el tipo más popular del barrio.

Abres un ojo a las 7.30 de la mañana y oyes una voz de mujer que grita ¡CARLOOOOOOOOOOS! Alargando y cargando de intensidad  la sílaba final emulando el "grito de Tarzán". Pausa. Y otra vez la misma voz ¡CARLOOOOOOOOOS! Una, dos, tres veces. (Me entran ganas de asomarme y gritar ¡NO ESTAAAAAAA!!!!  - pero me contengo ).
A media mañana otra vez, hombre, mujer o niño al grito de: ¡CARLOOOOOOS! y nuevamente se repite la misma rutina. Pausa y replay un par de veces por si las moscas.
Y así por la tarde.
Y por la noche.
Y tres o cuatro veces seguidas. 
Hombres, mujeres y niños que buscan a Carlos desesperadamente.

Menos mal que al parecer el susodicho se acuesta relativamente temprano - después de las 11 ya lo dan por perdido o dejan de buscarlo y queda de él únicamente una pintada verde fosforescente que alguien le dedicó en el muro del estanco y que dice: CARLOS JE T'AIME (presumo que se trata del mismo Carlos). 

Podría tratarse de un "camello" - sería muy fuerte que lo llamaran los niños, (aunque peores cosas se han visto) pero carece de lógica. A la policía le bastaría con pararse en una esquina y gritar ¡CAAARLOOOOOOOOOOS! para engañarlo.

Podría tratarse de alguien sin portero automático. No. Los gritos no se producen frente a un edificio concreto, sino que son emitidos  desde diferentes calles y esquinas.

Lo curioso es que el tal Carlos o es muy silencoso (¿será inglés? recordando el post de Candela) o es mudo. O sordo. O las tres cosas. Jamás contesta. No se oye voz alguna que responda al grito de guerra.
¿Será que simplemente se materializa acudiendo a la llamada? A lo mejor, pero tendría que tener el don de la ubiquidad, porque lo llaman desde sitios diferentes.

A lo mejor Carlos está desaparecido. O no existe.  ¿Seguirán buscándolo eternamente? ¿Y si un día me lo cruzo por la calle, cómo lo reconoceré? ¿Seré capaz de aconsejarle que se compre un audífono o un móvil  o un busca?

Este verano estuvieron unos días mis nietos en casa y la pequeña Zoe se acercó a mi compañero (que también se llama Carlos y que por cierto está harto de los chistes que le hago al respecto) después de oirse tres ¡¡CAAARLOOOOS!! consecutivos  le dijo muy formalita: "Cadlos, te llaman".

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