viernes, 10 de julio de 2009

A SUMMER DRESS



Lo compré para una de mis hijas pero no le gustó y me lo quedé yo.

Me llegaba a media pierna, con botones en el frente, de arriba a abajo, y dos tiritas detrás que servían para ceñirlo al cuerpo(siendo poco aficionada a los lazos, las anudé el primer día que me lo puse y así se quedaron para siempre).

De línea evasée, tenía dos cortes a los lados. Fresquito y cómodo, perfecto para llevar en casa. Se convirtió en mi uniforme, me lo ponía en junio y no me lo quitaba hasta septiembre.

Me lo calzaba por arriba sin necesidad de desabrocharlo. Lo usaba para trabajar en la huerta y para regar el jardín y para pasear por el campo.

Lo lavaba por la noche y me lo volvía a poner por la mañana. Se secaba volando y como no se arrugaba, no hacía falta plancharlo.

Acabó cogiendo la forma de mi cuerpo. Como una segunda piel.

Cuando me trasladaba de casa en casa, siempre aparecía enrollado en el fondo de alguna maleta, recuerdo de días de sol y pies descalzos.

Con los años perdió el color, tenía un par de agujeros (ay, los cigarrillos), algún que otro enganche producido por una rama ... y al final acabé tirándolo para no caer en la tentación de volver a ponérmelo.

Luego vinieron otros, pero ninguno llegó a impregnarse de veranos como aquel.

The Plaid Dress
by Edna St. Vincent Millay

Strong sun, that bleach
The curtains of my room, can you not render
Colourless this dress I wear?—
This violent plaid
Of purple angers and red shames; the yellow stripe
Of thin but valid treacheries; the flashy green of kind deeds done
Through indolence high judgments given here in haste;
The recurring checker of the serious breach of taste?

No more uncoloured than unmade,
I fear, can be this garment that I may not doff;
Confession does not strip it off,
To send me homeward eased and bare;

All through the formal, unoffending evening, under the clean
Bright hair,
Lining the subtle gown. . .it is not seen,
But it is there.






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7 comentarios:

maikix dijo...

Todos tenemos esa pieza de ropa desgastada, roída, con la que nos sentimos a gusto, en ninguna postura nos aprieta, no hay me meter tripa, se adapta a nuestros movimientos, puede estar en un rincón del armario mucho tiempo, que cuando la saquemos nos parecerá igual de cómoda. De la misma manera que tenemos la persona con la que no hay que fingir, no hay que esconder debilidades, nos entiende al primer gesto, y aunque pase tiempo sin vernos, la conversación siempre será como si nos hubiéramos visto ayer. Ambos son una prolongación de nosotros mismos.
Un beso.

molano dijo...

Bonito tema Patsy. Qué pena que no termino de pillar del todo el poema con lo bien que suena. Permíteme decir también que me ha encantado el comentario de Maikix.
En mi caso fueron unos tejanos de Marithé cuando empezó, con la marca en la bragueta que era lo mas. Además eran de color marrón (¡unos vaqueros!). Y por si fuera poco me estaban grandes (aún andábamos marcando paquete) con lo cual se me bajaban peligrosamente, adelantándome a la actual tendencia Cantinflas. Fueron durante años y años mi uniforme de verano. De vacaciones, quiero decir. Aunque, a veces, me los puse para ir al trabajo y así evitar que me llevaran a la reunión con el cliente. Se quedaron en Cuba como tantas cosas.

maslama dijo...

acumulamos con tato cariño algunos objetos, que son jirones y muletas de nuestra memoria.. ¿qué será de todos estos recuerdos cuando nos vayamos?

besos,

farala dijo...

hubo una camiseta que quise tanto (un arbol pintado a mano) que cuando acabó enorme, y casi transparente la enmarqué. Mañana cuelgo el post ;)

ah! que te he dejado un meme en mi blog

PATSY SCOTT dijo...

Maica, como siempre, lo bordas. Veo en tu blog que ya te marchas para Marruecos. ¡Que te lo pases de miedo!! Ya me contarás qué tal la luna moruna...

Manolo,¡me encanta, como dirían en Chile unos blue jines marrones! Como dice Maica, esas prendas especiales se convierten en la prolongación de uno mismo - o en lo que uno quiere ser. Yo no lo puse en el post por vergüenza, pero era ponerme el vestido y transformarme en Silvia Koscina en Arroz Amargo.

Maslama, yo soy de las que cree que los hijos-parejas, etc. en realidad son poco observadores con respecto a esas cosas. Cuando murió mi abuela yo no pude ir a su entierro y le pedí a mi madre que me trajera uno de sus camisones, que eran de algodón blanco blanquísimo y muy almidonados. Yo de pequeña dormía con ella muchas veces y quería volver a sentir el olor y el tacto de esa tela. Pues mi madre me trajo un precioso camisón de seda que aún conservo pero que jamás le vi puesto a mi abuela. ¿No? Preguntó mi madre...

PATSY SCOTT dijo...

Farala, recojo el meme y me parece muy buena idea lo de enmarcar la camiseta...creo que al igual que en las casas en las que uno ha vivido, se queda algo de una en esas piezas de ropa.

Anastàsia dijo...

Yo antes era muy apegada a las cosas materiales .Tenia siempre esr pañuelo,es figurita,esetrozo de papel que tenia un sentido especial..Y que guardaba durante años . Hasta que conocì ami marido . Él acababa de vivir una guerra de tres años y medio y lo conoci con lo puesto .De él en casa no hay ni un solo recuerdo del pasado , porque no le dejaron , porque se lo negaron y porque entonces habían otras prioridades, como salvar la vida y buscar algo que comer. A partir de ahí cambiaron mi orden de prioridades ... Aunque recuerdo con nostalgia,los tiempos en que mi vida estaba plagada de summer dresses.

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