domingo, 29 de agosto de 2010

SWEDEN REVISITED - RETORNO A SUECIA



"Jag lät alla mina maskrosor finnas
fast jag vet att dom kallas ogräs och bör rotas ut.
Men det är så skönt att sitta och minnas
små solar i gräset när sommarn är slut,
för hela året drömde jag
om vår korta sommar drömde jag
"
(estrofa de una canción sueca de) Carl Anton Axelson

Traducción aproximada :

He permitido que florezca el diente de león 
sé que dicen que es una mala hierba y tendría que arrancarlo
Pero es tan bonito el sentarse y recordar
los pequeños soles en el césped una vez que el verano  ha terminado.
Durante todo el año sueño yo
con nuestro corto verano sueño yo...

Cuando mis hijas eran pequeñas íbamos a Suecia en verano. Pasábamos primero unos días con su abuela paterna (Farmor) en Estocolmo y luego nos instalábamos en "la casita de la isla".
El  barco salía del centro mismo de Estocolmo y tardaba casi  cuatro horas en cubrir el trayecto hasta Tyvö ("nuestra" isla).  Navegaba por el archipiélago,  atracando en unas islas y otras para subir o bajar pasajeros. Las niñas correteaban por la cubierta cantando "Nu är det Jul igen," (otra vez es Navidad) que era la única canción en sueco que se sabían y devoraban docenas de kötbullar que servían a bordo.

 El barco nos dejaba en el puente norte y desde allí había que atravesar toda la isla a pie para llegar al muelle sur. Las niñas iban delante, sin apartarse mucho del sendero bordeado de pinos y abedules, cinco enanitas  en fila india   hasta que se divisaba el claro   donde estaba la primera  casita  de "nuestro pueblo,"  tres cabañas de madera  frente al mar.  Después de tomar posesión de la casa y las camas que "se habían pedido" desde Madrid - la de al lado de la ventana, la cama grande -  corrían al muelle  desde donde se abría el horizonte al Báltico y le echaban algo de comer a la pareja de cisnes que volvía año tras año, presumiendo de  nuevos patitos feos. Por las mañanas salían al bosque con una cesta cada una  a juntar grosellas, arándanos y frambuesas que luego tomaban con el desayuno.

Las mayores se encargaban de ir hasta la bomba  con un cubo para traer agua dulce mientras las pequeñas buscaban trolls en los troncos de los árboles o debajo de las enormes piedras cubiertas de musgo.  Pescaban, exploraban y si el Báltico lo permitía, se bañaban (la foto de abajo fue tomada el verano más caluroso que había tenido Suecia en no sé cuántos años)



Para comprar comida, íbamos en  lancha a otra isla más grande  donde  había  un supermercado que vendía todo lo imaginable: alimentos, botas de goma, pintura, chalecos salvavidas, libros, etc. (De todo, claro está,  menos bebidas alcohólicas, que en Suecia se venden solamente en los Systembolaget, establecimientos especialmente autorizados - para comprar una botella de vino había que ir prácticamente hasta Finlandia). Como en la lancha no cabíamos todos, iban por turno las dos que mejor se habían comportado cada semana y  traían una sorpresa para las que se quedaban. Así se hicieron con una colección de objetos variopintos (redes para cazar mariposas, binoculares, prensas de hojas, etc) que dejábamos en la isla cuando nos volvíamos a Madrid para que redescubrieran al  año siguiente.

En Estocolmo ciudad, se quedaban boquiabiertas con los grupos que tocaban música DENTRO y fuera de las tiendas, con un juego de ajedrez gigantesco instalado en plena calle, con la policía parando el tráfico para que cruzara la calle una bandada de patos, con los parques infantiles de los grandes almacenes donde los niños juegan mientras los padres hacen la compra (al estilo de las bolas que hay a la entrada de Ikea), etc. Coincidimos un año con la primera celebración del Orgullo Gay en Estocolmo y se pusieron como locas persiguiendo unos globos rosas (condones gigantescos) que intentaban pillar para traerse a casa.

Dejamos de ir cuando las niñas se hicieron mayores - preferían viajar con sus amigas. Nos trasladamos a vivir a otro continente.  Se acabaron los viajes a Suecia.

Este verano,  mis dos hijas mayores han decidido visitar la bellísima ciudad de Estocolmo en sus vacaciones. Casi veinte años después, van a reencontrarse con los olores y los colores de un retazo de su niñez. .

8 comentarios:

maikix dijo...

¡Qué alegría verte otra vez escribir, Patsy! Cuando cuentas estas historias, parece que las esté viendo, oliendo, tocando... Seguro que tus hijas tienen unos recuerdos imborrables que van a revivir estos días, y que luego te contarán en su versión.
Un detalle... la abuela que visitaban, era la paterna, ¿no?
Muchos besos.

PATSY SCOTT dijo...

hola Maica!!¡Qué alegría!! Pensé que no me volvería a leer nadie.Lo que me ha costado!! Todos los temas que se me ocurrían me parecía que no interesaban, etc.
jajaja, pero ya ves cómo estoy: sí, sí, es la abuela paterna!! Ahora lo corrijo (si lo lee alguna hija va a pensar que estoy totalmente gagá).
Un beso grande.

mam dijo...

Qué bonito post. casi lo he vivido.
Yo también tuve un tiempo de dejar de ir a veranear donde mis padres para volver de mayor (y con más ansia) seguro que ese viaje lo disfrutarán el doble.

farala dijo...

¡qué bonito post! ¡y qué bonita infancia! me ha encantado leerlo, taaaaaan bonito. me has recordado unas novelas que leía de joven sobre niñas finlandesas y suecas, que veraneaban en cabañas de madera. voy a ver si recupero los libros y te digo algun título...

Candela dijo...

Patsy!!!

Qué alegría me ha dado verte escribir de nuevo y además con esos recuerdos preciosos. Veo que no sólo lo fueron para ti, sino que tus hijas fueron allá a reencontrarlos. Es bonito, rebonito este post y el sabor que me deja. Un abrazo.

PATSY SCOTT dijo...

Mam, la verdad es que tiene casi el mismo encanto conocer sitios nuevos que "redescubrir" los que hemos conocido en el pasado.
Un abrazo.

PATSY SCOTT dijo...

Faralilla, he pasado un verano raro, raro. Poca actividad cerebral pero tal vez por eso todo lo que he leído este verano me ha gustado mucho.(suelo ser muy picky pero se ve que el calor me anuló el sentido crítico:)) Si encuentras el nombre de alguno de esos libros pásamelo, no te olvides pls que seguramente a algunas de mis hijas le encantará.
Besos

Candela ¿has vuelto a la foto anterior? Estás igual de guapa en ambas, con esa sonrisa...
No sé por qué estaba bloqueadísima y no ha sido mi mejor verano - eso sí, me lo he pasado en grande, como siempre, con los blogs de todas. Lo que me he reído con el serial de tu ectoplasma y sus respectivos comentarios, ni te lo imaginas.
Un beso.

Víctor González dijo...

Qué bonito texto y ¡qué suerte tus hijas! Lo digo por la infancia de cuento... y por la madre. Un abrazo y bien por la vuelta.

PD: No sabía lo de las bebidas alcohólicas. Yo estuve diez días en Estocolmo, invitado por Absolut tras ganar el "Absolut Talent" del 94 y ni me enteré. Claro que bebíamos en los bares y nunca se me ocurrió ir a comprar yo mismo una cerveza. Por cierto que es una prohibición curiosa ya que precisamente el único gobierno del mundo propietario de una bebida alcohólica (el vodka Absolut) es ¡el sueco!

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