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Anoche pasaron por televisión una magnífica película de Nicholas Ray llamada A Lonely Place - traducida como Un lugar tranquilo (1950) Como siempre, muy poco afortunada la traducción, ya que el original hace alusión a la soledad (seguramente del alma creativa y torturada) del personaje.Cine negro del bueno, con toques de thriller psicológico y una historia, como dicen los cursis, de rabiosa actualidad. La violencia, el maltrato y el miedo. Soberbia la interpretación de todos los actores. Fantástica Gloria Graham y la mejor interpretación de Humphrey Bogart, a quien no creo haber visto nunca tan convincente - ni siquiera en el papel de Rick, en Casablanca.
No me explico por qué no la han pasado antes por televisión (con la de veces que repiten películas)o, si lo han hecho, cómo me la había perdido. En fin, una joyita y una agradable sorpresa en una noche de 1 de mayo.
Por cierto, hace un mes, ví una película-documental contada en francés por un africano. La pillé empezada, eran las dos de la mañana y no venía el nombre en el periódico. Así que a no ser que alguien tenga alguna idea y me informe, no sabré jamás ni el título ni el nombre del director, ni nada de nada, ya que al final, cortaron la emisión antes de empezar los títulos de crédito (cuántas veces me acuerdo de Pumares).
Trataba sobre el origen de la vida y el mundo, y era de tal belleza que no consigo quitármela de la cabeza.
2 comentarios:
Hola, Patsy!
No te puedo ayudar con la película-documental que dices.
No he visto "A lonely place", pero la buscaré, porque por lo que cuentas, seguro que me gustará. Las pelis buenas que dan por la tele me las pierdo casi todas. A veces, de casualidad, pesco alguna, como la que dieron en un canal catalán también la noche del 1 de mayo,"Cabaret". ¡Qué maravilla! La vi hace muchísimos años, y recordaba pocas cosas: las canciones, Liza Minnelli y el maestro de ceremonias. Pero el trasfondo de la película me lo había tragado por mi juventud.
Llevo un retraso con la lectura y escritura de los blogs. Anoche me puse al día. ¡Oh, Cabaret! qué maravilla.
Tengo que investigar en la red lo del documental - el problema es que no tengo datos ni para empezar - estaba hablado en francés, lo que me hace deducir que era francesa, aunque no tiene por qué serlo. Era de tal belleza estéticamente hablando y de tanta sencillez y sabiduría el monólogo del narrador, que estoy segura que tiene que haberse llevado un montón de premios. Si la encuentro, te paso el nombre. Un beso.
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