Summer afternoon - summer afternoon; to me those have always been the two most beautiful words in the English language
Henry James
Me encanta el verano. Me gusta el calor.
Como mi situación económica se ha deteriorado mucho desde hace un tiempo (y aún más desde que tengo mi propia empresa) ya no puedo permitirme el lujo de planificar unas vacaciones.
De todas formas, a no ser que pudiera irme a las Antillas, prefiero viajar en otras épocas del año.
Será un topicazo pero es verdad: Madrid en verano es una delicia.
Desde hace unos años, se han vuelto a poner de moda los cines al aire libre.
El Doré tiene una terraza maravillosa, con barra y todo, en la que
se entremezclan la luz de la pantalla y la luz de la luna, creando la atmósfera perfecta para adentrarse un par de horas en otros mundos.
El verano pasado ví un ciclo de películas de la etapa mexicana de Buñuel. Mientras en la película le daban a elegir al personaje si quería morir de un tiro o ir exilado de por vida a una isla, yo miraba de reojo las estrellas que se reflejaban en las burbujas de mi gin-tonic.
Esta tarde me sentaré a leer en una terraza de Lavapiés o le pediré a algún vecino senegalés que me cuente cosas sobre Dakar.
Es que hay muchas formas de viajar y quien no se consuela es porque no quiere.
martes, 23 de junio de 2009
MAD DOGS AND ENGLISHMEN GO OUT IN THE MIDDAY SUN
Posted by PATSY SCOTT at 18:07
Labels: cine, vacaciones, verano
StumbleUpon | DiggIt! | del.icio.usSkip to top
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
12 comentarios:
Pues di que sí, Patsy!
Tampoco yo este verano podía hacer vacaciones por el tema de la pasta, pero una amiga me ha convencido y me voy una semana con ella a Marruecos, que dice que es barato.
En cualquier caso, a mí me encanta la ciudad en verano. Paso los agostos en Barcelona, y es una delicia moverte sin aglomeraciones (naturalmente no voy adonde van todos los guiris), poder aparcar sin problemas, pasear al lado del mar sin pasar frío, tomarte una cervecita al aire libre,...
También trabajo más a gusto, con la mitad de personal, con un poco de suerte el jefe está de vacaciones...
Que sí, que yo creo que en verano todo se hace más ligero.
Las profes tenemos la suerte de contar con dos meses de vacaciones en verano (si no tenemos cargos ni oposiciones) pero la desventaja de que solamente podemos elegir nuestros viajes en esos dos meses (o como mucho en navidad o semana santa). Siempre es temporada alta, siempre está todo más caro, no siempre encuentras sitio en el hotel o vuelo que te interesa, casi siempre pasas calor, atascos, los aceites están refritos, hay colas, tienes suerte si encuentras tu metro cuadrado de playa...
Aún así agosto es peor que julio, por eso agosto es mi mes de quietud, de estar en mi Granada, de no ver atascos en la autovía, de encontrar los bares, terrazas y cines con no demasiada gente (si se evita la Granada turística).
Alabo tu gusto y tu positivismo, y además lo comparto.
Mad dogs and Englishmen ...bolyboly-bolyboly-bolyboly-baa, habaninny-habanniny-habanniny-haa ... Ja, ja. Me encanta esa canción. Tenía un amigo que se la sabía de memoria. La podeis escuchar en You Tube por el mismísimo Noel Coward.
A mi me encanta Madrid pero, la verdad, en verano huele fatal.Pero aquí estaré todo el mes de julio.
Hola Maica, ¡qué bonito, Marruecos!!
La ventaja de Barcelona es que tenéis el mar!! Últimamente me acuerdo mucho de los años que viví en Barcelona. ¿Conoces la Garriga? Tiene un paseo precioso que recorría en bicicleta con mis niñas para ir al Casino a tomar un helado. Si no has estado nunca, merece la pena.
Candela, qué me vas a contar, cuando no es por el trabajo es por los niños. Supongo que debido al calor no se plantea lo de acortar las vacaciones escolares en verano y repartirlas un poco más a lo largo del año como se hace en el norte de Europa. Pero vaya privilegio vivir en Granada! Yo creo que aprovechar una ciudad en la que normalmente trabajas para pasear y disfrutarla sin obligaciones te da un gustazo... que Granada es mucha Granada.
Jaja María, intenté colgar el video de Noel Coward, pero se me resistía y al final desistí.
No creas que no pensé en los olores (y en mi barrio es imposible pasarlo por alto) - pero ya he desarrollado una técnica para evitar las arcadas: silbar, o en su defecto, "purse your lips and blow". (También puedes aguantar la respiración, pero es más arriesgado).
De chaval me inventaba excusas para tener que quedarme en Madrid en Agosto ( sin la familia ) y hacer de mi capa un sayo. Algunas bastante extravagantes y a menudo de tipo religioso porque como mis padres desconocían todo sobre los ritos eclesiásticos me era fácil liarles. "Ejercicios espirituales" fue a menudo mi abracadabra para conseguir pequeñas cotas de libertad. Los pobres eran muy respetuosos con "mis creencias". A lo que iba: Agosto en Madrid me recuerda siempre aquellos primeros tiempos de libertad, de vivir mi propia vida y pocos testigos en los alrededores. ¿No son eso las vacaciones?
Por otra parte de niño debí tener mi punto British porque siempre recuerdo a mi madre regañándome por salir "con la que está cayendo".
¿Ves? Decir verano e irme a la infancia es automático. Me lo haré mirar.
Olano no te lo hagas mirar. Los recuerdos del verano son maravillosos. Lo que tu dices, la sensación de libertad. Las tormentas con rayos y truenos y grandes chaparrones. Las playeras que a la semana de comprarlas ya tenían un aspecto deplorable. Las bicicletas de segunda, tercera o cuarta mano, sin frenos ni guardabarros. Las rodillas una pura costra de tanto batacazo. Y, mas tarde, los ligues y las excusas para quedarse en Madrid. Yo siempre me buscaba un trabajillo.
Olano no te lo hagas mirar. Los recuerdos del verano son maravillosos. Lo que tu dices, la sensación de libertad. Las tormentas con rayos y truenos y grandes chaparrones. Las playeras que a la semana de comprarlas ya tenían un aspecto deplorable. Las bicicletas de segunda, tercera o cuarta mano, sin frenos ni guardabarros. Las rodillas una pura costra de tanto batacazo. Y, mas tarde, los ligues y las excusas para quedarse en Madrid. Yo siempre me buscaba un trabajillo.
A mí me encanta Madrid en verano: no hay colas en ningún sitio, la ciudad parece como que se para, todo está más verde y más tranquilo.... :-)
Así que soy de las tuyas.
En Murcia ocurre lo mismo, en la tercera semana de agosto es la ciudad más maravillosa del mundo. Ahora, es un shock, cuando de un día para otro vuelve todo el personal, con su moreno, con sus prisas y con sus coches.
Que tengas un buen verano.
Estoy muy de acuerdo con las palabras de Henry James, me gustan como suenan summer y afternoon.
Y claro, a mí también me gusta el verano y como muy dices, a veces no es necesario hacer el grand tour, basta algo muy sencillo, como una noche estrellada, una buena peli y un vasito de tinto de verano en nuestras manos... y se convierte en un plácido y fructífero descanso. El maravilloso Caribe para el pueda... el resto a soñar.
Te devuelvo encantado la visita de lo que estoy leyendo... buen blog.
Besos.
A mì no me gusta el verano,y es porque no me gusta el calor.En MIlano hace un calor horroroso,de ese que derrite el alquitràn.En agosto no hay nadie,bueno casi nadie.Todo està cerrado,sobretodo en "ferragosto".La vida se detiene y se termina apagando si no es porque finalmente llega septiembre con los ninyos y sus madres al colegio,y las mil y una colecciones en los quioscos
molano, lo de quedarse sin padres en verano era un chollazo. ¡Qué sensación de libertad!
Ave, sí que da gusto. Y por las noches, me encantan las calles desiertas, el calorcito...
Gracias Calvin, lo mismo te deseo. Y siempre estan las cremas autobronceadoras.
Capri c'est fini, y si tuviera uno también la suerte de estar enamorado, ya apaga y vámonos.
Chico, laLola2, te pasa igual que a mí con el invierno.
La única vez que estuve en Roma (tengo que volver algún día) fue en ferragosto, y en efecto, recuerdo haber pasado un calor insoportable. No había un alma por las calles. Sólo mi amiga y yo, con sendos sombreros y los pies echando humo.
Publicar un comentario